The Unthinkable and Inevitable Civil War?

(Vea la versión en español a continuación

By Dr. CINTLI

US politics have ceased being a binary exercise of blue vs. red; Liberal vs. Conservative or Democrat vs. Republican. Nowadays, every issue seems to be not just a source of disagreement, but another step towards an inevitable civil war, a war that would be anything but civil. Though it doesn’t have to be inevitable.

Arguably, the first civil war never actually ended, though in the modern context, the current or possibly forthcoming civil war has been brewing since the end of WWll and the civil and human rights movements it helped to spawn. No longer would people of color sacrifice their lives for a country that treated them as less than human. Those movements for equality, coupled with Mexican and Central American migration, along with low birth rates for Whites have been the seeds for this civil war.

These developments and the backlash to them have morphed into the “great replacement theory” — a day when Whites cease being the majority in the United States and the day they fear when they will be treated the way they’ve been treating everyone else, but especially POCs, for hundreds of years: as inferiors and less than human.

The Orangeman did not create this movement nor theory, but its white supremacist and misogynistic adherents have found him to advocate for their cause well, a cause that has been spewed by hate radio since the 1980s, though nowadays via social media. That’s why it bothers his followers little that his primary M.O. has been a shameless grifter, and what bothers them least is his serial lying. Virtually nothing he says is objectively true.

Aside from the fact that he is a many times failed businessman and politico, about one-half of the nation still clings on to him, his leadership and his every word, because while there may be a handful of Congress members who peddle the same hate and backwardness, none are as capable of commanding as much media attention as he. Rather than a “useful idiot,” he is their useful “leader.” Through him, they’ve gone from the white supremacist misogynistic fringe to Republican mainstream. And yet, for replacement theory adherents, the other Republican extremists cannot deliver what they want: a bloody civil war. The other extremist Republicans simply want a fanatical right wing government, but not quite the civil war that the Orangeman seems to want. And for him, he also wants to avoid prison. The other extremist Republicans seem to want, but a white supremacist and misogynist nation.

There is little doubt that if it were put up for a vote, his adherents would countenance a modern version of slavery. Genocide? At home, probably, though most likely upon “sh*thole” nations first. Mass dragnet immigration raids, mass detentions and mass deportations of Brown, Black and Asian peoples? All of this would be the flip side of that great replacement theory: ethnic and racial cleansing. Theft of Indigenous (reservation) lands, by way of termination of Indigenous nations and tribes would probably be a part of the package also.

If it sounds like the Republican agenda, yes, it very much sounds like it. But without question, historically, this equally sounds like American history and today’s American agenda. If the former president were somehow restored to power, he would no doubt attempt to bring about this agenda. And yet, could it even be more extreme than described above?

What would a violent civil war look like? It most likely be one in which “patriotic Americans” would violently pit themselves against “enemy others.” It would include a color line, though it would be very messy as there is no such a thing as the purity of races. Lacking that, the bloodshed would be extremely horrific, something that the ex-president seems to be aiming for.

That of course sounds like not simply civil war and not even the end of the United States as a democratic nation, but the end of the United States itself. For many, this is unthinkable, though the demise of the Soviet Union was also unthinkable and yet, it no longer exists. If the same happened to the United States, what would succeed it?

In a sense, that’s what the great replacement theory is about. More than a white separatist movement, it is actually an apartheid scheme, unless it could actually rid the country of POCs. As a separatist scheme, perhaps they would ensconce themselves in the US Northwest. If they brought about apartheid, no doubt they would face non-stop rebellion.

Whatever these white supremacists want, in the event of the demise of the United States, what would POCs — America’s “enemy others” — want? Most, I suspect, would simply want to be treated as full human beings with full human rights. That presumably, would prevent that inevitability.

Roberto Dr. Cintli Rodriguez is an associate professor emeritus at the University of Arizona Mexican American Studies and is the author of several books, including “Our Sacred Maiz is Our Mother” (2014), “Yolqui: A Warrior Summoned from the Spirit World” (2019) and “Writing 50 years Amongst the Gringos,” published recently by Aztlan Libre Press. Email XColumn@gmail.com.


¿La impensable e inevitable guerra civil?

Por Dr CINTLI

La política estadounidense ha dejado de ser un ejercicio binario de azul contra rojo; Liberal contra conservador o demócrata contra republicano. Hoy en día, cada tema parece ser no solo una fuente de desacuerdo, sino un paso más hacia una guerra civil inevitable, una guerra que sería cualquier cosa menos civil. Aunque no tiene por qué ser inevitable.

Podría decirse que la Primera Guerra Civil en realidad nunca terminó, aunque en el contexto moderno, la guerra civil actual o posiblemente futura se ha estado gestando desde el final de la Segunda Guerra Mundial y los movimientos civiles y de derechos humanos que ayudó a generar. Las personas de color ya no sacrificarían sus vidas por un país que los trata como menos que humanos. Esos movimientos por la igualdad, junto con la migración Mexicana y Centroamericana, junto con la baja tasa de natalidad de los blancos, han sido las semillas de esta guerra civil.

Estos desarrollos y la reacción violenta a ellos se han transformado en la "teoría del gran reemplazo": un día en que los blancos dejen de ser la mayoría en los Estados Unidos y el día en que temen ser tratados de la misma manera que han estado tratando a todos los demás, pero especialmente los pueblos de color, que obviamente incluyela Raza, durante cientos de años: como inferiores y menos que humanos.

El presidente (de color naranja) no creó este movimiento ni esta teoría, pero sus seguidores misóginos y supremacistas blancos han encontrado que él defiende bien su causa, una causa que ha sido vomitada por la radio de odio desde la década de los 80s, aunque hoy en día a través de las redes sociales. Por eso poco molesta a sus seguidores que su principal modo de ser ha sido un estafador desvergonzado, y lo que menos les molesta es su serie de mentiras. Prácticamente nada de lo que dice es objetivamente cierto.

Aparte del hecho de que muchas veces es un hombre de negocios fallidos y político fallido, alrededor de ⅓ de la nación todavía se aferra a él, a su liderazgo y a cada una de sus palabras, porque si bien puede haber un puñado de miembros del Congreso que trafican con el mismo odio y atraso, ninguno es tan capáz de atraer tanta atención de los medios como él. En lugar de un "idiota útil", es su "líder" útil. A través de él, han pasado de la franja misógina supremacista blanca a la corriente principal republicana. Y, sin embargo, para los seguidores de la teoría del reemplazo, los otros extremistas republicanos no pueden lograr lo que quieren: una guerra civil sangrienta. Los otros republicanos extremistas simplemente quieren un gobierno fanático de derecha, pero no exactamente la guerra civil que parece querer el ex-presidente. Y para él, también quiere evitar la cárcel. Los otros republicanos extremistas parecen querer, pero una nación supremacista blanca y misógina.

Hay pocas dudas de que si se sometiera a votación, sus seguidores aprobarían una versión moderna de la esclavitud. ¿Genocidio? En casa, probablemente, aunque lo más probable es que primero en naciones "de mierda". ¿Redadas masivas de inmigración, detenciones masivas y deportaciones masivas de pueblos morenos, negros y asiáticos? Todo esto sería la otra cara de esa gran teoría del reemplazo: la limpieza étnica y racial. El robo de tierras indígenas (reservas), por medio de la terminación de las naciones y tribus indígenas, probablemente también sería parte del paquete.

Si suena como la agenda republicana, sí, lo parece mucho. Pero sin duda, históricamente, esto suena igualmente como la historia estadounidense y la agenda estadounidense de hoy. Si el ex presidente fuera restaurado de alguna manera en el poder, sin duda intentaría llevar a cabo esta agenda. Y, sin embargo, ¿podría ser incluso más extremo que lo descrito anteriormente?

¿Cómo sería una guerra civil violenta? Lo más probable es que sea uno en el que los "estadounidenses patriotas" se enfrentan violentamente a los enemigos “otros.” Incluiría una línea de color, aunque sería muy complicado ya que no existe la pureza de las razas. Sin eso, el derramamiento de sangre sería extremadamente horrible, algo que el expresidente parece estar buscando.

Por supuesto, eso no suena simplemente como una guerra civil y ni siquiera como el fin de los Estados Unidos como nación democrática, sino como el fin de los Estados Unidos mismos. Para muchos, esto es impensable, aunque la desaparición de la Unión Soviética también era impensable y, sin embargo, ya no existe. Si le sucediera lo mismo a los Estados Unidos, ¿qué sucedería?

En cierto sentido, de eso se trata la teoría del gran reemplazo. Más que un movimiento separatista blanco, en realidad es un esquema de apartheid, a menos que realmente pueda librar al país de los pueblos de color. Como esquema separatista, tal vez se instalarían en el noroeste de los Estados Unidos. Si provocaran el apartheid racial y político, sin duda se enfrentarían a una rebelión continua.

Independientemente de lo que quieran estos supremacistas blancos, en el caso de la desaparición de los Estados Unidos, ¿qué querrían los pueblos de color, los enemigos “otros” de los Estados Unidos? La mayoría, sospecho, simplemente querría ser tratados como seres humanos plenos con plenos derechos humanos. Eso, presumiblemente, evitaría esa inevitabilidad.

Roberto Dr. Cintli Rodríguez es profesor asociado emérito en la Universidad de Arizona y es autor de varios libros, incluido "Yolqui: un guerrero convocado desde el mundo espiritual". También dirige el Raza Killings Database Project: Xcolumn@gmail.com

From The Progressive Populist, February 1, 2023


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